jueves, 27 de septiembre de 2007

Buscan prevenir y reducir los casos de ceguera por diabetes

Los especialistas firmaron un consenso para la detección temprana de la retinopatía diabética.

Una enfermedad vinculada con la diabetes es la principal causa de ceguera en las personas en edad laboral. Sin llegar a ese extremo, miles de argentinos van perdiendo la visión por el mismo origen, la retinopatía diabética. Como el daño podría ser evitado a partir de controles periódicos, los especialistas han elaborado un consenso para prevenirla o detectarla a tiempo, presentado el sábado.La difusión de estas pautas tuvo lugar durante el XVIII Congreso Argentino de Oftalmología. Desde el mes próximo también podrán ser consultadas en el sitio web de la Sociedad Argentina de Retina y Vítreo, www.saryv.org.ar.La retina es la membrana sensible a la luz, situada en la parte interna del fondo del ojo. El exceso de glucemia en la sangre que caracteriza a la diabetes "produce transformaciones en los vasos sanguíneos: se vuelven más permeables y pierden líquido, que queda en la retina", explica la doctora María Alejandra Carrasco, docente de Oftalmología de la Universidad Nacional de Cuyo, quien coordinó la elaboración del consenso. "En estadios más avanzados de la enfermedad crecen vasos nuevos -agrega-; pero como el organismo no está preparado para que se formen en la edad adulta, son defectuosos y sangran". Es la retinitis proliferativa que, si no es atendida, en cinco años puede conducir a la ceguera.La retinitis diabética se detecta con un simple fondo de ojos. El frenarla, tanto como la prevención de su aparición, se logra con algo tan sencillo como un control correcto de la diabetes. El problema reside en que la diabetes es una enfermedad silenciosa: no provoca síntomas hasta que ya está instalada, por lo que más del 30% de los diabéticos desconoce que tiene la enfermedad.Se calcula que en la Argentina hay casi 3 millones de diabéticos, el 90% del tipo 2, que se desarrolla sin dar aviso. Y cuando es diagnosticada, de un 20% a un 30% de los pacientes ya tienen alguna alteración en la retina, por lo general en ambos ojos.Sin control adecuado de la diabetes, las lesiones pueden aparecer en cinco años. "Si el paciente tiene un diabetólogo idóneo y un oftalmólogo que las trate en el momento adecuado, es muy difícil que tenga una pérdida de visión importante. Y si está bien controlado, no tendrá lesiones", destaca el doctor Carlos Argento, presidente de este congreso.Detectados en una fase temprana, los derrames y los edemas pueden reabsorberse. "Si permanecen mucho tiempo, queda una cicatriz en la retina, el paciente ve como empañado, se pierde definición y baja la agudeza visual", advierte Carrasco. La cirugía con láser puede frenar el avance de la retinopatía. Y en caso de que se hubiera formado un coágulo, se lo extrae mediante una cirugía llamada vitrectomía.Pero este consenso elaborado por los especialistas apunta a no llegar a ese punto. "En la actualidad, los pacientes diabéticos llegan tarde a los controles oftalmológicos. Y a veces, los oculistas no tenemos presente el interrogar a cualquier paciente sobre sus factores de riesgo", recalca Carrasco."El médico clínico debe enviarlo al oftalmólogo apenas hace el diagnóstico de diabetes -completa el doctor José Esteban Costa Gil, presidente de la Sociedad Argentina de Diabetes-. De ahí en más, deberá volver al menos una vez por año, salvo que ya tenga lesiones y se le indique mayor frecuencia".

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